Según un nuevo informe de Navigant Research[1], se espera que el mercado de energía solar fotovoltaica distribuida y el almacenamiento eléctrico supere los 49.000 millones de dólares en 2026 y alcance los 27.4 GW de volumen de negocio.
El énfasis en esta combinación de tecnologías no es sorprendente, dada la creciente importancia que tiene la energía solar y el almacenamiento eléctrico en las economías emergentes y en las zonas rurales.
Recordemos que en la generación distribuida el usuario mantiene su conexión a la red eléctrica de la distribuidora, que utiliza en momentos en los que no hay disponibilidad de generación debido a la intermitencia natural de las fuentes renovables. La energía generada puede ser utilizada para consumo propio (auto consumo) o para ser servida a la red eléctrica. Este tipo de proyectos de generación distribuida son los más habituales y es una práctica cada vez más frecuente como mecanismo de disminución de la factura de energía eléctrica
Al añadir un sistema de almacenamiento de electricidad, o baterías, se reduce la dependencia de la red, y se puede gestionar el excedente de energía almacenándola para un posterior uso. Este tipo de sistemas es cada vez más popular en países como Estados Unidos, Alemania y Australia gracias en gran medida a la reducción de costes de las baterías en los últimos años. Con un proyecto ambicioso de auto consumo combinado con almacenamiento, la red eléctrica termina siendo un sistema de respaldo.
La combinación de estas tecnologías además de producir una reducción en los costos del suministro eléctrico genera mayor eficiencia energética, ya al producirse la energía eléctrica en el sitio de consumo que reduce las pérdidas por distribución hasta un 8%[2]. Otra ventaja de este mix energético es la potencialización de la generación de energía sostenible reduciendo las emisiones nocivas y contribuyendo a un sistema de generación de energía eléctrica más sostenible y respetuoso con el medio ambiente
También esta combinación de tecnología es muy útil para construcción de micro redes que pueden alimentar a zonas rurales donde el suministro de energía eléctrica es inestable. Una micro red puede integrar efectivamente varias fuentes de generación distribuida, especialmente fuentes de energía renovable, como la solar fotovoltaica, y también puede suministrar energía de emergencia, cambiando entre la isla y los nodos conectados. Esto las hace ideales para áreas de consumo como pueden ser barrios cerrados, pueblos o comunidades.
Hay que destacar cuatro segmentos de mercado de energía solar fotovoltaica y almacenamiento eléctrico: residencial, comercial, industrial y aislado de la red. De estos, los que tienen más oportunidad de aprovechar los beneficios a corto y mediano plazo son el industrial y el comercial, donde la posibilidad real de disminución de costos en energía eléctrica conlleva una mejora en procesos productivos y mayor rentabilidad en el negocio.
[1] https://www.diariorenovables.com/2017/05/el-mercado-de-la-energia-solar-y-el-almacenamiento-electrico-superara-los-49.000-millones-en-2026.html
[2] https://www.ambientum.com/ambientum/energia/que-es-la-energia-distribuida-2.asp